Liquen plano pilar: qué es, síntomas y tratamiento

¿Qué es el liquen plano pilar?

El liquen plano pilar es un tipo de alopecia que destruye el folículo piloso y lo transforma en tejido cicatricial. A partir de ahí, la base de los cabellos acaba arrasada y el resultado es una caída permanente e irreversible del cabello. Produce sensación de picor difuso en el cuero cabelludo. Es característica la presencia de inflamación y tapones de queratina alrededor del folículo piloso, que acaban generando placas de alopecia.

El principal inconveniente de esta enfermedad es la pérdida de autoestima, debido a que tiende a provocar calvicie total. Afecta más a las mujeres a partir de la edad madura. En cuanto al pronóstico, su gravedad puede retrasarse con un diagnóstico precoz.

Causas y origen

De origen desconocido, la aparición del liquen plano pilar está relacionada con el sistema inmune. Diversos estudios han relacionado su origen con el Linfocito T. Sin embargo, todavía no existe una explicación clara de cómo se produce. A pesar de ello, se cree que es un trastorno autoinmune: los glóbulos blancos atacan células que producen antígenos desconocidos y producen esta afección. No es contagioso.

Con respecto a los factores de riesgo, es posible que infecciones o medicamentos puedan provocar esta enfermedad. Tampoco se puede descartar la presencia de otros factores (alimenticios, genéticos), tal y como ocurre en otro tipo de alopecias: difusa, frontal fibrosante… La cuestión está actualmente en estudio, así que es probable que se obtengan nuevas conclusiones en los próximos años.

¿Cómo se diagnostica y detecta?

Como en los restantes tipos de alopecia, la clave para detectar el liquen plano pilar es acudir al tricólogo (especialista en el cuero cabelludo) y a partir de ahí, realizar una biopsia para confirmar el diagnóstico. Este problema se suele volver crónico, pero su incidencia se vuelve inactiva en la mayoría de los casos. La caída del pelo suele ser permanente. Por tanto, su tratamiento se enfoca en prevenir las consecuencias y retrasarlas lo máximo posible

Tratamiento del liquen plano pilar: ¿tiene cura?

Todavía no existe una cura para el liquen plano pilar. Es probable que la enfermedad evolucione hacia un mejor pronóstico, pero también puede ocurrir lo contrario y su evolución puede ser progresiva. Si el tratamiento se produce en una fase temprana de la enfermedad, los resultados podrían ser mejores. A partir de aquí, existen diferentes posibilidades para tratarlo. Nunca te automediques.

• Cremas de corticoides: algunas veces se produce una mejora de la enfermedad, aunque si no son efectivas.
• Inyecciones de esteroides.
• Ciertos medicamentos pueden tratarlo: hidroxicloroquina, retinoides…
• En los casos más graves, es recomendable cubrir temporalmente las zonas más afectadas con pelucas o postizos; para disimular los efectos estéticos.
• Microinjerto: es importante un enfoque individualizado de cada caso para plantear esta opción cuando la enfermedad lleve tiempo inactiva. Es decir, sin sufrir episodios de inflamación y progresión de la alopecia. Por otro lado, el trasplante puede no ser definitivo en el tiempo. Esto ocurriría si la alopecia se hace crónica y vuelve a parecer al pasar un periodo de tiempo.

Las técnicas más recomendadas para el microinjerto son las dos siguientes:

Técnica FUE (extracción de unidades foliculares): por medio de un bisturí, se extraen uno a uno los folículos de pelo vivo. Es idóneo para mujeres, personas con el pelo rapado y alopecias de grado moderado. No deja cicatriz lineal. También ofrecemos la posibilidad de hacerlo de forma robotizada (Artas) o la FUE Zafiro.

Técnica FUSS o STRIP (de tira): en lugar de extraer uno a uno, se extraen tiras de piel. Para cerrar la zona donante, se realizan pequeñas suturas que dejan una cicatriz difícil de ver a simple vista y disimulada con el pelo. Al ser más rápida y abarcar más superficie, resulta ideal para alopecias de gran dimensión y también más económica.

¿Cómo es la recuperación?

Al no tener cura, la recuperación del liquen plano pilar nunca es completa. A partir de ahí, sus consecuencias son variables y dependen de cada paciente. El trasplante capilar funciona peor en los casos de alopecia frontal fibrosante y Graham-Little. Sin embargo, si la enfermedad se presenta de la forma común, existen más posibilidades de que los síntomas puedan controlarse y retrasar sus efectos. En casos extremos, las placas inflamadas se extienden por todo el cuero cabelludo y la caída del pelo es total.

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