Tintes de pelo: tres consejos para usarlos “con cabeza”
Cambiar de aspecto, potenciar el color natural, cubrir las canas… Los tintes de pelo son desde tiempos inmemoriales unos excelentes aliados de la belleza capilar. Ya en el Antiguo Egipto, las mujeres transformaban el color de sus cabellos con pastas elaboradas a base de sustancias naturales. Desde ahí, la coloración capilar ha evolucionado mucho y hoy en día es muy sencillo alterar el color natural en tan solo 20-30 minutos.
Además, las nuevas fórmulas incluyen ingredientes que resultan mucho menos agresivos para la salud del cabello. Sin embargo, siempre que se recurra a este tipo de tratamiento, hay que tener en cuenta una serie de consejos capilares.
El primero de ellos es conocer estado en el que se encuentra la cutícula antes de aplicar los tintes de pelo. Si ésta está estropeada, el cabello tiende a lucir opaco y los matices de color pierden brillo, dado que la luz se reflejará en todas las direcciones debido a la aspereza del cabello, que deja de “actuar” como una superficie lisa. De ahí que sea tan importante preparar debidamente el cabello antes de someterlo a una coloración, sobre todo si ésta contiene amoniaco, añadiéndole un plus de nutrición e hidratación mediante el uso de mascarillas y cremas acondicionadoras que aseguren la belleza capilar.
En segundo lugar, es importante elegir el tipo de coloración más adecuada los gustos y necesidades entre la amplia gama de tintes de pelo que existe en la actualidad: permanente, basada en la oxidación, que decolora y colorea simultáneamente el tono natural de los cabellos y cubre totalmente las canas; semipermanente, cuyo resultado de color desparece progresivamente con los lavados (generalmente 5 o 6) de modo que finalmente el cabello recupera su color inicial; y tono sobre tono, que se encuentra a medio camino entre los otros dos tipos: es de carácter duradero, pero carece de amoniaco, por lo que el efecto es más suave y evita la aparición del llamado “efecto raíz.
Y, sobre todo, no perder nunca de vista que el uso de tintes de pelo siempre supone someter al cabello a un proceso agresivo, por lo que es necesario utilizar champús, acondicionadores y mascarillas específicos para cabellos teñidos. El uso de un producto muy agresivo y unos cuidados inadecuados puede precipitar el proceso de perder pelo. Los expertos recomiendan a los cabellos teñidos utilizar un champú con pH ácido ya que, al emplearse en las coloraciones productos que tienen un pH alcalino para abrir la cutícula y depositar en ellos el color, la mejor estrategia para devolver el equilibrio al cabello son los productos con el pH contrario (esto es, ácido). Estas formulaciones ayudan a cerrar la cutícula, permitiendo así retener el color y restaurar la suavidad perdida. Otro gesto muy recomendable en este sentido es aplicar un último enjuague con agua fría.
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