Pelo frágil, picores y caída: ¿hay relación?

Aproximadamente el 47% de las mujeres y el 41% de los hombres tienen el cuero cabelludo sensible, y uno de los principales síntomas de esta condición capilar es la sensación de picor en el pelo (es la molestia más generalizada en quienes padecen sensibilidad en el cuero cabelludo), que a menudo suele ir acompañada de otros problemas como rojeces e incluso descamación. Además, y a consecuencia de ello, el pelo se vuelve más frágil, lo que puede propiciar la caída, que suele iniciarse con las características entradas en el pelo.

Son varios los factores relacionados con el cuero cabelludo sensible y el picor en el pelo. Entre los más habituales se encuentran los efectos de los agentes químicos y agresivos que se emplean en los distintos tratamientos cosméticos, especialmente en tintes y coloraciones, que pueden dar lugar a la aparición de picor en el pelo, rojeces, irritaciones y sensación de calor.
La mejor fórmula para preservar al cuero cabelludo de estos efectos nocivos es aplicar previamente a estos trabajos químicos o mecánicos un protector en forma de mascarilla o baño de crema, que contenga ingredientes nutritivos e hidratantes como la queratina,
las ceramidas o las vitaminas (cuanto más hidratada se enfrente la piel del cuero cabelludo a la acción de estos ingredientes, mejor).

También es importante vigilar muchos de los gestos cotidianos. Por ejemplo, cuando el cuero cabelludo presenta picor, descamaciones o se siente especialmente sensible, la temperatura del agua al lavarlo no debe ser elevada, y hay que evitar el uso del secador en la medida de lo posible. Este tipo de cuero cabelludo necesita un plus de hidratación, por lo que lo mejor es que toda la gama de productos empleados tenga propiedades hidratantes. No hay que olvidar que todas aquellas medidas destinadas a mantener el cuero cabelludo en condiciones óptimas es la mejor manera de prevenir las entradas en el pelo y la aparición de la alopecia.

Además de los gestos cosméticos, una de las soluciones más efectivas para este tipo de problema es la aplicación regular de masajes capilares. Para ello, se puede aprovechar el
momento de utilizar el champú o cualquier otro producto capilar. Lo ideal es que el masaje dure unos 2-3 minutos, tiempo suficiente para activar la circulación sanguínea y estimular la producción de las glándulas sebáceas y sudoríparas.
Con ello se consigue no sólo calmar el picor de pelo sino también favorecer la correcta irrigación del cuero cabelludo y devolver a esta zona la hidratación perdida. Este tipo de masaje es muy sencillo de realizar: se colocan los dedos abiertos en lo alto de la cabeza y se presiona suavemente con las yemas, descendiendo con movimientos circulares hasta la parte baja de la cabeza.

Calma, hidratación y muchos “mimos” a través del masaje capilar son por tanto las mejores estrategias para plantar cara al picor de pelo y prevenir así la aparición de las entradas en el pelo y otros problemas relacionados.